¿Qué es la etapa primal?
La etapa primal se refiere a la época primera o
primaria en el ser humano, incluyendo la gestación y nacimiento. En cuanto a su
término hay diferentes opiniones. Bajo mi punto de vista la época primal
debería considerarse, como mínimo, hasta los 2 años de edad. Hasta esa edad la
percepción es puramente emocional y es entonces, en la época preverbal, cuando
se inicia la conquista de la Percepción Racional, que durará hasta la pubertad.
¿Es tan importante esta etapa para el desarrollo
emocional futuro?
La etapa primal es el período donde se construye nuestra forma de ser más
profunda, nuestros mecanismos psicológicos más íntimos, nuestro carácter, que
nos acompañará el resto de nuestra vida
.
¿Se puede afirmar que hay trastornos afectivos y
psicológicos que provienen de la etapa primal?Todos aceptamos que cualquier alteración en el increíble proceso de multiplicación celular, que convierte la unión de un óvulo y un espermatozoide en el cuerpo de un bebé al nacer, o cualquier problema de salud en el nacimiento o en la primera infancia, puede tener consecuencias, más o menos graves, en el resto de su vida. Pues igual sucede con el desarrollo psicológico, que se inicia en el momento de la concepción.
¿Le afectará entonces durante toda su vida lo que le
pase en la etapa primal?
En la etapa primal el bebé y el niño pueden tener
experiencias emocionales negativas, traumáticas, que, grabadas en su
inconsciente, marquen su carácter el resto de su vida.
Hoy podemos afirmar que, en la historia de cada persona, los hechos
acontecidos en su gestación, nacimiento e infancia, serán más importantes para
ella, que lo que le pueda acontecer el resto de su vida
.
¿Qué es el alimento afectivo y en que puede perjudicar
su limitación?
El concepto “alimento afectivo” lo utilizo en
contraposición al alimento nutriente. A nadie se le ocurriría dejar que un bebé
o un niño pasen hambre. Necesitan proteínas, hidratos de carbono, grasas,
minerales, vitaminas, etc., para que su cuerpo crezca y se desarrolle
adecuadamente. De la misma manera, para el desarrollo psicológico armónico,
equilibrado, el bebé y el niño necesitan de alimento afectivo: protección,
afecto, cariño, amor. A nadie se le debería ocurrir dejar que un bebé o un niño
no se sientan intensamente amados. Insisto, igual de importante el alimento
nutriente como el alimento afectivo para su salud integral.
¿Como se le da a un bebé o a un niño ese alimento
emocional que tanto necesita?
Para otorgar alimento afectivo a bebés y niños tenemos
efectivas herramientas: la lactancia, la atención al llanto, el colecho y el
contacto físico.
Háblanos un poco de cada uno de ellos.
Sobre la lactancia hay que decir que es indiscutible
que la leche materna es el mejor alimento para el bebé, tanto a nivel
nutriente, como inmunológico y como afectivo. La lactancia ofrecida a demanda y
prolongada en el tiempo, aporta al bebé y niño seguridad y afecto.
También es importante tener en cuenta la atención del
llanto. Un bebé (igual que un niño o un adulto) utiliza el llanto como forma de
expresión de sufrimiento, ya sea éste físico o emocional, ya sea por hechos
actuales o pasados (por ejemplo, el estrés emocional del nacimiento puede
necesitar tiempo para disolverse), o como expresión de una necesidad.
Negar atención al bebé que llora es negarle su identidad, destruir su
confianza, bloquear su expresión emocional, iniciarle en la sumisión y, en
suma, provocarle un sufrimiento innecesario con consecuencias presentes y
futuras.
Otro recurso que aporta alimento emocional al niño es
la práctica del colecho. Hay que destacar que el ritmo de sueño en los bebés no
es un aprendizaje, igual que no lo es respirar o hacer la digestión, sino una
progresiva adaptación natural en su proceso de desarrollo. Lo más común es que
el bebé se despierte cada dos o tres horas a lo largo de la noche, ya sea por
hambre, por molestias o por necesidad de sentirse acompañado.
El colecho, junto a la lactancia, facilita satisfacer
estas demandas. Le otorga al bebé una gran seguridad y confianza, le hace
sentirse atendido y protegido.
Y por último no olvidemos el gran valor del contacto
físico. El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo
materno todo cuanto necesita para sobrevivir y para sentirse bien: alimento,
calor, apego. Mucho antes de que un niño pueda comprender las palabras
comprende el tacto.
¿Entonces afirmas que a un bebé le daña dormir solo o
que no lo tomemos en brazos cuando lo pide o cuando llora?
Cada bebé y cada niño son diferentes y necesitarán y expresarán necesidades
diferentes. Ahora bien, el llanto del bebé es siempre una expresión de que
necesita algo. Si tiene frío o calor tomaremos las medidas necesarias para
resolverlo; si tiene hambre, le daremos de comer; si está enfermo, le daremos medicinas;
entonces, ¿porqué si lo que necesita es nuestro afecto, nuestros brazos,
nuestras caricias, no lo hacemos?
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